jueves, 8 de noviembre de 2012

Pelicula San Martin de Porres


Martín de Porres

Hace 50 años Martín de Porres, hijo de una esclava liberta y un español, subía a los altares y se convertía en el primer santo mestizo de América. Aquel 6 de mayo de 1962, miles de fieles peruanos salieron a las calles para celebrar y honrar a uno de los santos más milagrosos y emblemáticos que estas tierras ha visto nacer.
SAN MARTIN3.jpg
Conociendo al santo de la escoba
No existe una imagen que nos indique a cabalidad cómo era Martín. Una escultura en madera hecha en el S XVIII, hallada por Aurelio Miró Quesada Sosa, es el documento gráfico más exacto para describir al santo.
En el momento que la escultura fue tallada Martín tenía 60 años. Pómulos altos, ojos redondos, cabello crespo y nariz un tanto elevada son los rasgos más saltantes del santo limeño.
Desde pequeño Martín amaba la naturaleza. Contemplaba con asombro los árboles y campos de cultivos de las haciendas limeñas. Tenía fascinación por observar cómo los productos del país crecían junto a los frutos traídos de España, como las cañas dulces y las espigas de trigo.
SAN MARTIN.jpg
Cuando ingresa al convento dominico de Nuestra Señora del Rosario se dedica a cuidar y cultivar los jardines. Incluso viajaba a una hacienda que los padres dominicos tenían en Limatambo. El paisaje mestizo combinaba la belleza de las montañas con el olor a mar. Allí podía sembrar, caminar, rezar y curar sin que la vida agitada de nuestra joven capital lo perturbara.
Entre idas y venidas al campo y la ciudad es que ocurre una de las estampas más conocidas de San Martín: juntar a perro, gato y pericote alrededor de un solo plato. Sin embargo, este popular milagro no sería clave para su beatificación y posterior canonización.
Los milagros que lo consagraron como Santo
Para llegar a santo primero hay que ser nombrado beato. La Iglesia Católica encomienda a la Sagrada Congregación de Ritos evaluar al candidato quien para alcanzar la beatificación debe haber realizado dos milagros comprobados de acuerdo con los procesos apostólicos. En el caso de Martín de Porres se presentaron numerosos milagros, siendo los dos siguientes los más aceptados.
El primero fue el concedido a Elvira Moriano quien, según los médicos, perdería la visión del ojo derecho debido a una herida provocada cuando chocó contra una ventana. Un padre dominico le envió una reliquia de Fray Martín y le pidió se encomendara a él. A la mañana siguiente, su ojo estaba sano. Veinte testigos además del informe médico daban por verdadero el celestial hecho.
El segundo milagro comprobado fue el del niño Melchor Varanda, quien cayó del techo de su casa y se rompió el cráneo. Mientras los médicos daban por desahuciado al menor, la afligida madre clamaba la ayuda de Fray Martín. Al día siguiente, el pequeño se levantó como si nada hubiera pasado. Cinco personas corroboraron el hecho.
SAN MARTIN7.jpg
Para su canonización, la búsqueda de milagros traspasó nuestras fronteras. La Sagrada Congregación de Ritos aceptó dos casos ocurridos en Paraguay y España.
El primer milagro fue concedido en 1948 a Dorotea Caballero que había sido desahuciada por los médicos, pues no podía ser operada del estómago debido a su avanzada edad. Al encomendarse a Fray Martín sus males desaparecieron y logró vivir hasta los 91 años.
El segundo milagro lo recibió el niño Antonio Cabrera Pérez de cinco años, el cual tenía gangrena en la espalda y en el dedo pulgar del pie izquierdo así como severas lesiones vasculares. La mano milagrosa de Fray Martín se hizo sentir en 1958 cuando Antonio quedó completamente curado.